¿Cuáles son los principales temas de la poesía sufí?

Muy buenas tardes a todos, hoy os voy a hablar de la poesía sufí, ¿pero...? ¿Qué es la poesía sufí?. Lo que dice Rumi (que es el poeta sufí más importante de la historia), es que el sufismo (al fin y al cabo no habría ninguna cosa sin la otras), intenta eliminar conflictos, enemistades y luchas para unificar a la gente en amor y armonía, porque al fin y al cabo el principal tema de la poesía sufí es el amor. Para que podáis comprobarlo, voy a poner unos poemas y los voy a comentar para que podáis comprobarlo por vosotros mismos.


Primer Poema

La Belleza del corazón
es la belleza duradera:
sus labios brindan
el agua de vida para beber.
Verdadera es el agua,
quien la vierte,
y quien la bebe.
Los tres se vuelven uno
cuando tu talismán está hecho añicos.
Esa unidad no la puedes conocer
por medio de la razón.

En este poema no habla del amor en sí, si no que habla de la importancia de cultivar la belleza del corazón, la conexión entre todas las cosas y la necesidad de trascender la mente racional para comprender verdaderamente la unidad y la belleza del mundo.

Segundo Poema

El Amor es quien domina todas las cosas,
Estoy dominado por el Amor,
Por mi pasión de Amor por Amor.
Tengo tierra tan dulce como el azúcar,
Ay furioso viento, sólo soy una paja ante ti.

En este otro poema si que se puede ver como se habla del amor concretamente nos quiere hacer reflexionar sobre la naturaleza arrolladora y poderosa del amor, mostrando cómo puede dominar la vida de uno y dejarlo vulnerable y sumiso ante su influencia.

Tercer Poema

No soy cristiano, ni judío, ni mago, ni musulmán.
No soy del Este, ni del Oeste, ni de la tierra, ni del mar.
No soy de la mina de la Naturaleza, ni de los cielos giratorios.
No soy de la tierra, ni del agua, ni del aire, ni del fuego.
No soy del empíreo, ni del polvo, ni de la existencia, ni de la entidad.
No soy de India, ni de China, ni de Bulgaria, ni de Grecia.
No soy del reino de Irak, ni del país de Jurasán.
No soy de este mundo, ni del próximo, ni del Paraíso, ni del Infierno.
No soy de Adán, ni de Eva, ni del Edén, ni de Rizwán.
Mi lugar es el sin lugar, mi señal es la sin señal.
No tengo cuerpo ni alma, pues pertenezco al alma del Amado.
He desechado la dualidad, he visto que los dos mundos son uno;
Uno busco, Uno conozco, Uno veo, Uno llamo.
Estoy embriagado con la copa del Amor, los dos mundos han desaparecido de mi vida;
No tengo otra cosa que hacer más que el jolgorio y la jarana.

Este tercer poema habla acerca de la búsqueda de la identidad espiritual y la transcendencia de las etiquetas y categorías mundanas. Además niega identificarse con cualquier afiliación religiosa o cultural específica como cuando dice, "No soy cristiano, ni judío, ni mago, ni musulmán", también rechaza identificarse con cualquier lugar geográfico o elemento natural al decir, "No soy del Este, ni del Oeste, ni de la tierra, ni del mar". Esta negación continúa con la negación de cualquier pertenencia a un reino celestial o terrenal, así como a cualquier dualidad percibida diciendo, "No soy del empíreo, ni del polvo, ni de la existencia, ni de la entidad".

Rumi sugiere que su verdadera esencia trasciende todas estas limitaciones y divisiones. No se identifica con ningún lugar o entidad específica, sino que encuentra su verdadero ser en una existencia más allá de las dualidades y las etiquetas. Esta idea se refuerza con la afirmación de que su lugar es el "sin lugar" y su señal es la "sin señal". Es decir, su esencia es más allá de cualquier ubicación o símbolo mundano.

Finalmente, el poema termina con una expresión de éxtasis y unidad con el Amado, sugiriendo que la verdadera realización espiritual se encuentra en la unión con lo divino, más allá de las distinciones y divisiones del mundo terrenal. En este estado de unión, las preocupaciones mundanas desaparecen y solo queda la celebración y la alegría.

Cuarto Poema

Escucha el ney, y la historia que cuenta,
Como canta acerca de la separación:
Desde que me cortaron del cañaveral,
Mi lamento ha hecho llorar a hombres y mujeres.
Deseo hallar un corazón desgarrado por la separación,
Para hablarle del dolor del anhelo.
Todo el que se ha alejado de su origen,
Añora el instante de la unión.
Cuando la rosa se haya ido y el jardín esté marchito,
No podrás escuchar más la canción del ruiseñor.
El Amado lo es todo; el amante apenas un velo.
El Amado está viviendo; el amante es una cosa muerta.
Ama las voluntades de lo que traen estas palabras.

 Este cuarto poema nos comenta con una imagen poética y musical, el tema del amor, la separación y la búsqueda de la unidad.

Comienza invitándonos a escuchar el sonido del ney, un instrumento musical de viento que a menudo se utiliza para expresar emociones profundas y espirituales. Rumi compara el sonido del ney con la historia de la separación, sugiriendo que el ney cuenta la historia del dolor y la tristeza que acompaña a la separación. La metáfora del cañaveral cortado podría representar la separación del individuo de su origen o de su fuente de inspiración.

El poema continúa hablando del anhelo y el dolor de la separación, describiendo cómo aquellos que están separados de lo que aman desean intensamente volver a unirse. Se menciona el dolor del anhelo y la búsqueda de consuelo en otros corazones que también han experimentado la separación.

La referencia a la rosa que se ha ido y el jardín marchito evoca la imagen de la belleza y la vitalidad que desaparecen con la separación. El ruiseñor, un símbolo clásico del amor y la poesía, ya no puede ser escuchado cuando la rosa se ha ido, sugiriendo la pérdida de la alegría y la inspiración en ausencia del ser amado.

La última parte del poema hace una distinción entre el Amado y el amante. En ella se sugiere que el Amado es la realidad fundamental, mientras que el amante es solo un velo que oculta esa realidad. El poema insta a amar las voluntades que están detrás de las palabras, quizás sugiriendo que el amor verdadero trasciende las palabras y las formas externas, y reside en la esencia misma de la existencia.

Quinto Poema

Le pregunté al ney:
¿De qué te lamentas?
¿Cómo puedes gemir sin poseer lengua?
El “ney” respondió:
Me han separado del cañaveral
Y ya no puedo vivir sin gemir y lamentarme.

En el quinto poema se resalta la idea de que el ser humano (mediante la personificación del ney) también puede sentirse separado de su origen o de aquello que le da sentido a su existencia, y que esta desconexión puede manifestarse en forma de lamento o sufrimiento. En última instancia, el poema puede invitar a reflexionar sobre la importancia de mantenernos conectados con nuestras raíces y con lo que nos nutre espiritualmente para poder vivir una vida plena y auténtica.

Sexto Poema

Eres mi Rey, mi Rey,
En mi corazón y en mi alma, eres mi fe.
Cuando exhalas tu aliento sobre mí, encuentro nueva vida.
¿Qué es una sola vida? Tú eres cien vidas para mí.
Sin Ti, el pan es veneno.
Tú eres el agua, el pan de cada día.
Por Ti el veneno es curación.
Tú eres azúcar y dulzura para mí.
Eres mi hierba y mi jardín, eres mi paraíso,
Y mi ciprés y mi jazmín risueño.
Eres mi Rey, mi luna,
Piedra preciosa y mina para mí.
Permanezco callado, habla Tú,
Que eres razón de mis palabras.

El sexto y último poema que voy a comentar, es una expresión intensa de adoración y dependencia hacia una figura divina, que el hablante percibe como el centro de su existencia y la fuente de todo lo bueno en su vida.

Como podéis ver en los poemas los sufís le dan mucha importancia al amor y a la figura divina haciendo incompleto a aquel que no posea ninguna de estas cosas.








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